Aunque la marca a batir era de 22:00 minutos (Stig Avall Severinsen en 2012), había un precedente de 23:01 (Goran Colak en 2014), que a pesar de no estar registrado como Guinness World Record, si era la apnea más larga de la historia, y eso lo convertía en una marca a batir. El objetivo era romper la barrera de los 23:01 y consolidar la apnea más larga jamás registrada.